❥ 🇹 🇷 🇪 🇸
—Mira, un copo de nieve.—mi hija me mostró su palma, como dijo, un copo de nieve estaba en ella.
—Es precioso, Frey, como tú.—le sonreí acariciando su mejilla, —¿Por qué no buscas otro? Uno grande.
Freissy asintió y se fue a seguir cazando copos de nieve ella sola.
—Edward cree que la respuesta está en Brasil, hay tribus allá que podrían saber algo.—yo veía a mi hija, Jake en forma lobuna solo asentía.
Frey saltó y fue alto, era algo raro, a simple vista parecía humana pero tenía los "poderes" de los vampiros, agarró otro copo y luego volteó a ver algo en el aire, yo giré a ver lo que ella, pude ver a Irina a lo lejos, muy lejos. Freissy había vuelto con nosotros, estaba aferrada a la pata delantera izquierda de Jake, se veía algo asustada.
—¿Quién es ella?—la oí preguntar.
—Si no me equivoco, es nuestra prima de Denali.—fruncí un tanto el ceño, —¡Irina!
Ella se volteó y luego empezó a irse, yo corrí con la velocidad que la inmortalidad me brindaba pero cuando llegué al risco, vi el mar y el agua estaba movida, sabía que ella había saltado.
—Jake, hay que ir con los demás, esto...no me da buena espina, creo que...no lo sé, pero hay que irnos.—dije levantando a mi hija, Jacob asintió.
—¿Pasa algo, mami?—intervino Freissy antes de irnos, no sabía que decirle.
—...No, claro que no, mi amor, solo, hay que volver ya ¿No crees? Llevas mucho tiempo jugando.—puse un mechón de su cabello tras su oreja y luego nos fuimos.
♪
—Tanya convenció a Irina de que viniera a reconciliarse.—explicó Carlisle cuando colgó la llamada que tenía con la casa de las Denali, Alaska.
Yo estaba apoyada en el piano, Edward y Freissy estaban sentados en el banco frente al instrumento.
—Tal vez cambió de opinión.—sugirió el cobrizo.
Esme asintió, —Ver a Jacob debió haber sido demasiado.
—Hubiese querido hablar con ella.—dije al aire.
—Es familia, ya volverá.—tranquilizó Carlisle.
Yo me senté al lado de Edward, haciendo que el quede entre Freissy y yo, comenzamos a tocar unas teclas, nuestra hija nos siguió, luego seguimos Edward y yo, luego le enseñaría a Frey algunas canciones.
—¿Por qué no cantas?—pidió Rosalie sonriendo.
—No tengo alguna canción y las mías son algo bastante depresivas.—reí un poco dejando que Edward continúe.
—Pero tienes una gran voz, deberías cantar una canción, cualquiera.—apoyó Jasper.
—Gracias, tal vez otro día.—me paré del piano, viendo a mi esposo tocar y a mi hija viendo lo que su padre. hacía
La melodía era algo lenta pero conmovedora, hermosa, Carlisle y Esme y jugaban ajedrez, Rosalie y Emmett miraban a padre e hija en el piano, Jasper leía y yo estaba apoyada sobre el pecho de mi mejor amigo, sonriendo, el seguía viendo a Edward y a Freissy, me abrazaba por detrás, también sonreía.
Hasta que se escuchó el sonido de vidrio romperse, todos se giraron y vieron a Alice, tenía un florero hecho añicos en el suelo, tenía una visión.
Jasper fue directo a ella, —¿Qué sucede?
La hadita de veía preocupada, preocupada de verdad, —Los Vulturis...vienen por nosotros, Aro, Caius, Marcus, la guardia e Irina.
—Amor, ven.—pedí, vi a Edward y a Feissy levantarse del piano donde estaban, ambos se miraron confundidos, —Hablo de Freyi, Eddy.
Mi hija le sacó la lengua a su padre y luego fue a aferrarse a mi, había sacado mi carácter y personalidad, eso estaba claro, pero esto es un momento serio, aunque no pude evitar reírme en mi interior.
—¿Por qué...?—todos estaban como el patriarca, confundidos y algo asustados.
—¿Qué vio Irina en los bosques?—inquirió Edward.
—Estábamos caminando.—dije frunciendo el ceño.
—Frey pescaba copos de nieve.—explicó Jacob.
—Entiendo...—esa palabra surgida por la boca de Edward no me dejaba tranquila.
¿Qué demonios pasaba aquí?
Edward seguía con su pausa dramática, —Irina cree que Freissy es un niño inmortal...
♪
—Los niños inmortales eran muy hermosos.—explicaba Carlisle mientras yo pasaba las imágenes de los libros que había, —Encantadores, estar con ellos era amarlos, pero su desarrollo se congelaba a la edad en que cambiaban, descontrolados, desobedientes, un solo berrinche destila toda una aldea.
Okey, con esto podría reconsiderar mi opinión sobre los niños, aunque no hay que generalizar, es imposible no hacerlo cuando te cuentan y ves esto.
—Los humanos oyeron de la devastación, corrieron los rumores, los Vulturis tuvieron que intervenir.—me seguía explicando el patriarca, Edward estaba al lado mío, acariciando mi cintura, —Como los niños no podían proteger nuestro secreto, debían ser destruidos...sus creadores estaban muy apegados, pelearon para protegerlos, se rompieron acuerdos de mucho tiempo, muchos humanos fueron masacrados, tradiciones, amistades, incluso familias, perdidas.
—¿La madre de las Denali creó a un niño inmortal?—pregunté confundida.
—Si, y pagó el precio.—dijo Carlisle, con eso me imaginaba que sería, le habrían quitado las extremidades y quemado, o solo la cabeza y la quemaron.
—Pero Freissy no es como esos niños, no la mordieron, nació de mi, tiene mi sangre, crece cada día.—me empecé a alterar.
—¿No pueden explicárselo a los Vulturis?—intervino Jake.
Edward negó preocupado, —Hay suficientes pruebas en los pensamientos de Irina.
Todos se quedaron callados, nadie sabía que decir, al parecer solo Jake, —Hay que pelar.
—Sus armas son muy poderosas.—por primera vez en toda la conversación, se oía la voz de Jasper, —Nadie puede contra Jane.
—Alec es peor.—siguió Alice.
—Entonces los convencemos.—Jake trataba de encontrar una solución.
—Vienen a matarnos, no a hablar.—razoné aunque no hubiese querido, mi cerebro solo reaccionaba cuando le convenía.
—Y no nos escucharán.—volvió a negar el cobrizo, —Carlisle tenemos amigos en todo el mundo.
—No les pediré que peleen.—dijo el rubio.
—No pelear, ser testigos, si suficiente gente sabe la verdad, podríamos convencer a los Vulturis.
—Nuestros amigos harían eso.—apoyó Esme, tomando la mano del patriarca.
Yo solo sabía una cosa, si había guerra no me opondría, porque se trataba de mi hija y haría todo por ella, no iba a dejar que la toquen.
♪
—Listo, que comience la función.—oí a Jake, ya estaba listo para salir.
Vimos a Sam a lo lejos, bueno, fuera de la casa, los demás salimos.
—Alice me pidió que te diera eso, ella y Jasper cruzaron nuestras tierras anoche.—explicó Sam cuando Carlisle leía la nota, luego se giró hacia mi, —Hola, cachorra, te ves como tú, excepto por los ojos raros
Sonreí un poco, de boca cerrada, ahora no pensaba en nada más que la seguridad de Freissy.
—Carlisle, ¿Qué dice?—preguntó Esme.
—Nos dejaron.—contestó el patriarca.
—¿Por qué?—intervino Rosalie.
—No lo dice.
Eso si me aterraba un poco, Alice sería incapaz de hacer eso, se trataba de su sobrina favorita en cierto modo, tenía que haber una explicación.
—¿Puedo leerlo?—me acerqué a Carlisle y el me tendió la nota.
"Reúnan a cuantos testigos puedan antes de que endurezca la nieve, es cuando vendrán"
Le di la vuelta al papel.
"El mercader de Venecia"
Había visto ese libro ¿Dónde demonios había visto ese libro?
♪
Las instrucciones de Alice fueron claras, pero aún persistía la pregunta ¿Por qué y a donde demonios fueron ella y Jasper cuando más los necesitábamos? ¿Qué mierda era lo que sabían?
Nuestra búsqueda de testigos comenzó con un viaje al norte a ver a nuestros parientes más cercanos, una visita a Alaska.
Íbamos en auto y cuando llegamos vimos a Carmen, Eleazar, Tanya y Kate salir de la casa, del carro solo salió Edward, Jake, Frey y yo saldríamos después, pero primero mi esposo tenía que hacer que se calmaran.
—Edward ¿Está todo bien? ¿Por qué no nos dijiste que vendrías?—esa era Carmen, estaban lejos pero mi oído estaba mejor desarrollado ahora.
—¿Es Irina? ¿Has oído de ella?—intervino Tanya.
Sabía que durante el siglo XX, Tanya se enamoró de Edward, el único vampiro que no tenía compañera en el clan. Tanya le expresó su amor a mi esposo, pero él la rechazó, pues no amaba a nadie en ese instante.
La verdad es que ya no me importaba en absoluto, al fin de todo, ahora éramos familia y no me gustaban los dramas en ese vínculo.
—¿Por qué dejaste a tu esposa en el auto?—ese era Eleazar.
—Si ¿Por qué Aly está ahí y no aquí?—sonreí al escuchar la voz de Bree.
—¿Por qué trajiste a un lobo contigo? Puedo olerlo desde aquí.—y esa era Kate.
Edward hizo caso omiso a todas las preguntas y fue directo al grano, —Mi familia está en peligro, necesito su ayuda.
—¿Qué ha pasado?—preguntó Carmen.
—Solo pido que mantengan la mente abierta ¿Pueden hacerlo?
—Por supuesto...—murmuraron las hermanas Denali.
Me giré hacia mi hija, ella estaba algo, asustada, —¿Lista, amor? Conocerás a unas personas.
—¿Y si no les caigo bien?—me dio ternura su pregunta.
—Te van a adorar.—intervino Jake.
—Exacto ¿Cómo no amarte? Una vez que te entiendan lo harán.
—Solo que no han conocido a alguien como tú.—las palabras de Jake nos tranquilizaban a ambas a decir verdad, me alegraba no haberlo echado a patadas de la casa al haberse imprimado de mi hija.
—Okey, vamos.—salí del auto, Jake estaba tras mío, cubriendo a Freissy un poco, cuando me sentí lista la puse junto a mi, haciendo que la vean, los demás retrocedieron.
—Tranquilas.—pedía Eleazar.
—Los Vulturis vendrán por nosotros...—murmuraba Kate, aunque podía escucharla perfectamente.
—Tienen que llevársela.—dijo Tanya.
—Ella no es lo que piensan.—explicaba Edward
—¡Esto es un crimen!—Tanya se abalanzó sobre Edward, tratando de golpearlo, pero el la lanzó a un lado.
Kate fue la siguiente y tomó la mano de Edward, vi como chispas salían de su mano, electricidad, y eso hacía que Edward se electrizara.
Oh, no cariño, yo soy la única que puede lastimar físicamente a mi esposo.
Fui corriendo hacia ellas y tomé la mano de Kate, ella tomó la mía queriendo pasarme corriente pero nunca sentí nada, la tiré en el aire haciéndola a un lado, tal vez me pasé pero no iba a dejar que le hicieran daño a mi familia.
—¡Deténganse!—grité cuando las rubias venían a nosotros, ellas me hicieron caso.
—La sangre corre por sus venas.—explicaba Edward sobando mis hombros, quería tranquilizarme para no hacer un escándalo yo misma, —Pueden sentir su calor.
—Lo siento, es verdad.—las palabras de Carmen me hacían volver a tener esperanza.
—Yo soy su padre biológico.—siguió Edward, asombrando a la hermanas, más a Tanya que a Kate, pero en teoría a ambas, —Ashly es su madre.
—No, imposible.—negaba Kate.
—Es verdad, Freissy nació cuando yo aún era humana.—esperaba que me creyeran porque mientras más testigos tengamos, habría más protección para mi hija.
—Nunca oí cosa igual.—la reacción de Eleazar sabría que muchos la tendrían.
—Puede mostrarles si la dejan.—aseguró Edward, todos volteamos a ver a Jake y a mi hija, mi mejor amigo la cargó y ambos vinieron aquí, —Tanya, nos deben esto al menos, fuimos condenados a muerte porque tu hermana no nos dejó explicar.
Tanya se volteó hacia Carmen, como pidiendo una opinión, la peli negra asintió y Tanya se volteó hacia nosotros, Jake y Frey ya habían llegado. Mi hija le tendió la mano a la rubia, queriendo ponerla en su mejilla.
—No tienes que temer, esa es su otra forma de comunicarse.—sonreí.
Luego de unos segundos de que Tanya pareció haber entrado en un trance, alzó la vista y se volteó hacia el resto, asombrada mientras que los demás seguían confundidos, y no los culpaba, —Es cierto...no es inmortal.
♪
Sabía que el resto de nuestra familia sentiría ese mismo temor, temor a lo desconocido, temor a los Vulturis.
—Fascinante...—murmuré cuando Carlisle y Esme volvieron de Londres con cuatro testigos, el más joven empezó a hacer un remolino en la palma de mi hija.
—Benjamin puede influenciar los elementos.—sonrió Edward
—¡Uh uh!—dije, se me ocurría una idea, sonreí mucho, —¿Crees que me pueda poner plantitas en mi librero?
—Claro ¿Por qué no?—respondió Benjamin luego de lanzar el remolino al cielo con ayuda de mi hija.
Se escucharon unos correteos y varios sonidos de animales, todos volteamos, dos chicas morenas y con ropa de lo que reconocí como una tribu llegaron.
—¿Quienes son?—pregunté.
—Senna y Zafrina, del Amazonas.—presentó Edward.
—¿Del Amazonas?—repetí sonriente, —Del norte del Perú, son de Perú ¡Son de mi país!—chillé emocionada dando saltitos mientras aplaudía y agarraba el brazo de Edward, si, podía comportarme como niña cuando quería.
Ellas sonreían un poco, yo sonreía demasiado, la selva peruana, el norte del Perú.
—Supongo que tú también eres peruana para estar tan emocionada.—me dijo Senna en español, con el acento tan hermoso de la selva.
—Si, si, si.—sonreí aún más, —Ay no puedo creer que coincidencia tan hermosa, me alegra que haya personas que hablen español aquí, el inglés ya me estaba aburriendo un poco.
Ellas rieron, Zafrina se adelantó para hablar antes, —Claro que si, es un poco difícil para nosotras, no estamos tanto tiempo aquí.
—Esperen, ¿Hay vampiros en Perú? Y yo nunca lo supe, ay me va a dar algo.—dramaticé.
—No estoy entendiendo nada, el español nunca fue mi fuerte y hablan demasiado rápido.—dijo Edward interviniendo y tocando su sien.
La llegada de las carismáticas chicas de la selva peruana significaba que nuestro ruego se estaba escuchando en los más remotos lugares, a ellas también se les hizo ver, y quedaron convencidas.
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